A 16 años del atentado de las Torres Gemelas, la historia todavía sangra
Y el Mundo cambió para siempre
El
suceso. La primera impresión: ¿el trailer de un film? El fantasma de Pearl
Harbor. Los dos aviones y su jefe: Osama Bin Laden. El heroísmo y el sacrificio
de los bomberos. Vidas, esperanzas, amores y futuros destrozados en menos de
veinte minutos
A
las 8.45 de la mañana (hora de Nueva York) del 11 de
septiembre de 2001, cuando un Boeing 767 de American Airlines se estrelló entre
los pisos 93 y 99 de la Torre Norte del World
Trade Center, los televidentes no sospecharon la aterradora
verdad. Algunos, distraídos, creyeron que el impacto y el humo eran una
ficción. Quizá el trailer de un film.
Pero las hipótesis duraron poco: apenas 18 minutos
después, un Boeing idéntico y de la misma compañía impactó entre las plantas 77
a 85 de la Torre Sur. Los dos aviones debían cumplir el mismo trayecto
(Boston–Los Ángeles), pero fueron desviados por Entre pasajeros y tripulantes,
en ambos murió un total de 157 almas.
Sin embargo, fue apenas el comienzo de la
mayor tragedia norteamericana aire–tierra desde el bombardeo japonés a la base
naval de Pearl Harbor, Hawái: 2.403 muertos y 1.178 heridos. Bajas superadas
por la destrucción de las Torres Gemelas: 2.823
muertos y 6.000 heridos.
Recuerdos del
infierno
Dieciséis
años han pasado. Pero jamás se apagarán
la memoria ni las voces de quienes recuerdan a sus muertos o de los sobrevivientes.
El mundo
como lo
conocíamos cambio para siempre
Daños
colaterales
En el ataque a las Torres Gemelas, una de
las mayores tragedias de nuestro tiempo y la primera del siglo XXI, murieron
343 bomberos.
Más tarde, 850, entre bomberos y cuerpos de rescate. Y tres de
los hombres que eligieron acaso la tarea más riesgosa del mundo: luchar contra
el fuego, inicio de la civilización en las cavernas pero diabólico enemigo de
ella después, se fueron de este mundo, entre los terribles dolores del cáncer,
el mismo día: lunes 25 de septiembre de 2014.
Los helados
guarismos
Demasiada sangre, muerte, dolor y desgarramiento de
almas y corazones transcurren en esta evocación. Demasiados adjetivos.
Por eso,
a 16 años de un hecho que todavía cuesta creer y asumir, estos números son más
aptos para comprender su dimensión. Muertos:
2.823. Heridos: 6.000. Por cada mujer murieron 3 hombres. Promedio de edad de
los muertos: entre 35 y 39 años.
Temperatura que alcanzó el fuego: 1.260
grados. Tiempo que tardó el fuego en apagarse totalmente: 69 días. Partes de
cadáveres hallados: 19.500. Cuerpos intactos: 291. Víctimas identificadas:
1.216. Niños huérfanos después del atentado: 1.300. Bebés que nacieron de
mujeres cuyos maridos murieron ese día: 17.
Crecimiento de alcohol y
cigarrillos: 25 y 10 por ciento, en ese orden. Familias que no recibieron
restos de los cuerpos: 1.717. Estrés post–traumático en Manhattan: 200 por ciento, incluidos más de 10.000 alumnos de
escuelas públicas. Toneladas de escombros removidas: 1.506.124.
Comienzo del
bombardeo de los Estados Unidos a Afganistán, entonces posible refugio de Bin Laden: 26 días. Pérdida económica de Nueva York: 105.000.000.000
de dólares. Pagado por las empresas de seguros: 40.200.000.000 de dólares.
Dinero a cada persona que perdió a su cónyuge: 1.000.000 de dólares.
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