Manuel Rodríguez Lozano
En
este mes de la diversidad sexual, le damos un espacio para recodarlo:
Manuel Rodríguez Lozano fue un pintor mexicano
miembro del grupo Los Contemporáneos cuya obra, difícil de clasificar en una
sola escuela o con un solo término, abarcó diversos estilos y temas . Ciudad de México, 4 de diciembre de 1896 - m. Ciudad de México27 de marzo de 1971),
cuya obra, difícil es de clasificar en una sola
escuela o con un solo término, abarcó diversos estilos y temas (muralismo,
fauvismo, artista amante de lo mexicano, autor también de obras de pintura
dramática, en ocasiones con una estética centrada en el dolor, la miseria y la
desolación) y se centró, en general, en alusiones metafísicas de corte
neoclásico. Fue más bien en la prosa en donde Manuel Rodríguez Lozano idealizó a Antonieta .Rivas Mercado.. para
realzar la propia importancia del pintor en la vida cultural de México. .... crítico, controvertido
y provocador, homosexual.
Rodríguez
Lozano no ocultó nunca su homosexualidad; su oficina estaba tapizada con
imágenes de sus amantes. En agosto de 1941, grabados de Alberto Durero y de Guido Reni fueron
sustraídos, durante una trifulca, de la Escuela Nacional de Bellas Artes, lo que
probablemente fue organizado por grupos políticos de la universidad enemigos
suyos. Rodríguez Lozano pasó, en sus propias palabras, "de (ser) acusador
a acusado" del robo, y fue encarcelado, lo que despertó manifestaciones
inmediatas de solidaridad de intelectuales y amigos.
Sobre uno de
los muros de la prisión en la que pasó cuatro meses (en los pasillos de la sala
de visita familiar del "Palacio
Negro" de Lecumberri), pintó en 1942 el mural La piedad en el
desierto, que fue restaurado y trasladado al Museo del Palacio de Bellas Artes en 1966.
Inspirado en La Piedad,
de Miguel Ángel, incluye motivos de la iconografía
católica. Elaborado al fresco y con técnica al temple (yema
de huevo, pigmento y agua) y extraído con Strappo en
una plancha de cal y yeso con un bastidor transportable de metal, su
composición es triangular: una María indígena (que reemplaza aquí a la Madona
italiana), los pómulos prominentes, símbolo del sistema capitalista, con actitud protectora;
el hijo, que es el mismo pintor, se halla con los brazos abiertos, la cara
reclinada; la figura estilizada tema del mural nace de una profunda reflexión
espiritual inspirada por el cautiverio; la obra es una alegoría acerca de la
injusticia social, sobre todo del pueblo mexicano, su miseria y su sufrimiento.
La línea de horizonte aparece arriba, con un poco de cielo azul claro. El
mural, que en la cárcel se convirtió en objeto de culto religioso (los reclusos
oraban ante él como si fuese un retablo o
un ex voto milagroso) es un ejemplo del muralismo que hace
alusiones metafísicas de corte neoclásico.
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