jueves, 4 de junio de 2015

Manuel Rodríguez Lozano


En este mes de la diversidad sexual, le damos un espacio para recodarlo:
 Manuel Rodríguez Lozano fue un pintor mexicano miembro del grupo Los Contemporáneos cuya obra, difícil de clasificar en una sola escuela o con un solo término, abarcó diversos estilos y temas . Ciudad de México, 4 de diciembre de 1896 - m. Ciudad de México27 de marzo de 1971), 

 cuya obra, difícil es de clasificar en una sola escuela o con un solo término, abarcó diversos estilos y temas (muralismo, fauvismo, artista amante de lo mexicano, autor también de obras de pintura dramática, en ocasiones con una estética centrada en el dolor, la miseria y la desolación) y se centró, en general, en alusiones metafísicas de corte neoclásico. Fue más bien en la prosa en donde Manuel Rodríguez Lozano idealizó a Antonieta .Rivas Mercado.. para realzar la propia importancia del pintor en la vida cultural de México. .... crítico, controvertido y provocador, homosexual. 












Rodríguez Lozano no ocultó nunca su homosexualidad; su oficina estaba tapizada con imágenes de sus amantes. En agosto de 1941, grabados de Alberto Durero y de Guido Reni fueron sustraídos, durante una trifulca, de la Escuela Nacional de Bellas Artes, lo que probablemente fue organizado por grupos políticos de la universidad enemigos suyos. Rodríguez Lozano pasó, en sus propias palabras, "de (ser) acusador a acusado" del robo, y fue encarcelado, lo que despertó manifestaciones inmediatas de solidaridad de intelectuales y amigos.
Sobre uno de los muros de la prisión en la que pasó cuatro meses (en los pasillos de la sala de visita familiar del "Palacio Negro" de Lecumberri), pintó en 1942 el mural La piedad en el desierto, que fue restaurado y trasladado al Museo del Palacio de Bellas Artes en 1966. Inspirado en La Piedad, de Miguel Ángel, incluye motivos de la iconografía católica. Elaborado al fresco y con técnica al temple (yema de huevo, pigmento y agua) y extraído con Strappo en una plancha de cal y yeso con un bastidor transportable de metal, su composición es triangular: una María indígena (que reemplaza aquí a la Madona italiana), los pómulos prominentes, símbolo del sistema capitalista, con actitud protectora; el hijo, que es el mismo pintor, se halla con los brazos abiertos, la cara reclinada; la figura estilizada tema del mural nace de una profunda reflexión espiritual inspirada por el cautiverio; la obra es una alegoría acerca de la injusticia social, sobre todo del pueblo mexicano, su miseria y su sufrimiento. La línea de horizonte aparece arriba, con un poco de cielo azul claro. El mural, que en la cárcel se convirtió en objeto de culto religioso (los reclusos oraban ante él como si fuese un retablo o un ex voto milagroso) es un ejemplo del muralismo que hace alusiones metafísicas de corte neoclásico. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario